Ayer decía que me siento cada vez más lejos de mí. Más distante del que conocía. Tengo tantos ruidos en la cabeza, sentimientos encontrados, pereza y algún pez volándome en la garganta que me impide llorar. Sigo buscando y preguntando, y al parecer seguiré así hasta que las cenizas vuelen a otros rumbos.
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