Perdoná por el agrio sabor de papeles húmedos que dejé en la mesa, es que deseaba que aparecieras despacito y te me viniste encima. Esquivaba la nostalgia pero me tropecé con ella.
Un sol y una plaza que me hace bien y me hace mal, la certidumbre de no saber más de ellos, de aquellos y de nosotros. Por ahí a veces paso, la camino, la huelo y te nombro.
Los martinis me hicieron mal de tanto recordarte, me tomé tantos en los años posteriores que nunca los volví a probar. Ya desaparecieron casi todas las cosas que nos vinculaban, al menos para mí, para vos creo que ni las recuerdas, de cualquier manera siguen siendo humo en el tiempo y heridas lejanas de un sólo lado de la batalla.
La mañana me despabila el sueño y las palabras, debo seguir con la rutina de pensar que el futuro es bueno y salir a la calle. Por hoy, si no muero a medio día, deberé esperarte hasta otra noche en que vuelvas para matarme de nostalgia.
Germán Hess - 2013
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