martes, 3 de febrero de 2009

“Culopatía” y Tránsito lento. Un fervor argentino



Todos los días usamos palabras que se refieren a partes del cuerpo para explicar una situación, describir a alguien, transmitir un estado de ánimo, notificar una acción o cualquier otra circunstancia de la vida en la cual debemos ser lo más explícitos posibles. Recuerdo al “Negro Fontanarrosa” en el cierre del Congreso de la Lengua, marcando “Yo como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué?” y desplegó su ingenio para justificar el uso de la palabra Mierda diciendo “quiero apuntar una palabra que creo es fundamental en el idioma castellano, la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes— porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, quita de posibilidades de expresiva”.
Pero sin dudas la palabra culo, es la que lleva la de ganar. Con ella podemos expresar las más variadas de las situaciones: lo bello y lo feo; lo bueno y lo malo, la suerte y la desgracia; y acompañado por diferentes palabras podemos designar situaciones totalmente opuestas. Por otra parte es importantísima a la hora de indicar algo en su justo término. ¡Tiene una cara de culo!
O cuando algo no salió:
- ¡Me fue para el reverendo culo!
Y con este ¡me fue para el reverendo culo! está todo dicho; no hace falta agregar nada. La palabra culo, es insustituible para demostrar algo en determinadas circunstancias. Expresar un sentimiento que no se podría expresar con otras palabras.
Así, no es lo mismo indicar: amor, ¿Podés apurarte un poco?, que extender los brazos, abrir las manos y moviéndolas de arriba a bajo decir:
- ¡Pero podés mover un poco el culo!
Sin duda que estamos diciendo algo parecido pero no lo mismo. Es muy usada en la educación de nuestros hijos. Cuando queremos decirles a los niños que algo están haciendo mal y que no lo deben volver a repetir; que mejor para que les quede bien claro, que decirles con toda dulzura:
- Tomás!!! ¡Te voy a romper el culo a patadas!
Esta expresión debería ser mucho más recomendada por los Psicopedagogos. Para el género masculino, es determinante en el lenguaje corporal y verbal diario. Cómo explicar todo lo que embarga a nuestro ser, si al paso de una bella mujer, damos vuelta nuestra cabeza, fijamos la vista entre el final de la espalda y el comienzo de las piernas y no podríamos decir:
- ¡Qué lindo culo!
¿Cómo expresar todo lo que nos pasa por el cuerpo en ese sublime instante? ¡Qué lindo culo! La frase sale con forma; hace un dibujo imaginario en el aire. Sin duda, la utilización de esta palabra en nuestro vocabulario, debería ser motivo de profundo análisis para los estudiosos del lenguaje. Podemos claramente indicar cuando a alguien no le tenemos simpatía:
- ¡Ese es un culo roto!
Pero más allá de la ubicación que le demos en el lenguaje, en la argentina la “Culopatía” nos sobrepasó. Tinellízado a partir de la demostración constante en programas de toda índole, usado de todas maneras, mostrado, tocado, dibujado, la cosa es que todo es un gran culo y si va acompañado por una blonda señorita que duda y su vocabulario se resume en, “ No sé” y “ No me sale” mucho mejor. Todo hace referencia al culo, hasta las publicidades sobre camiones tienen un marcado toque referencial del culo por dar un ejemplo. Estrellitas, actrices, cantantes, vedetongas y gatos, pasando por cualquier ama de casa excedida en lípidos tiene un objetivo y es tenerlo mejor que su amiga o vecina. Y nosotros los varones, obtener el piropo de amigos y albañiles de obra cuando pasamos abrazados a nuestra señora o señorita bien provista de eso, pese a que nos hacemos los ofendidos.
Pero ahora, lo llamativo de esta increíble adicción al culo y sus derivados es la cantidad de pautas publicitarias en las que sin hacer referencia al mismísimo, nos dicen que algo malo pasa con ellos.

Seis de cada diez argentinas sufren de trastornos digestivos como tránsito lento, vulgarmente llamado estreñimiento, alertó la Sociedad Argentina de Gastroenterología. Y el dato no es menor si vemos por TV como dicen ellas mismas o se lo recomiendan a sus amigas, cual producto es mejor para hacer todo los días y no sentirse “Pesadas”. Es mayoritario la cantidad de pautas que existen sobre estos productos maravillosos para …”hacer caca”, porque de eso se trata ¿no? Ahora bien, ¿Y qué tiene que ver todo esto con el culo? Pues todo, en un país en que el culo es casi un símbolo patrio, que por ese mismo lugar pasen los problemas no hace más que mostrarnos que los argentinos somos coherentes inclusive hasta para estar para el culo. ¿Usted se imagina a Luciana Salazar, Ingrid Grudke, Pamela David, Evangelina Anderson, Julieta Prandi, Susana Giménez o Mirtha Legrand con cara de tránsito lento e hinchadas? Impresiona….. Pero como dijo el gran Chiche Gelblung, “En éste país parece que la mayoría de las mujeres no pueden ir de cuerpo”, pero el culo es culo y seguirá siendo objeto de culto a pesar del esfuerzo.

Germán Hess - 2009

3 comentarios:

  1. Paa sos muii buenoo escribiendoo! :) ese lo leii primero qe todos jajaja

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  2. Ups, que pudor me da la foto de mi cola.....

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