Amo los amaneceres de Ushuaia. Me encantaba caminar despacio, bajando el faldeo para ir a la radio a las 5 de la mañana siendo aun noche profunda. Conocía a las chicas que volvían borrachas a sus casitas de la Cantera, luego de largas noches del Tropicana. Toreaban al tren expreso del olvido bajo toneladas de nieve.
Germán Hess
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