Si pudiese tal vez encender un pucho armado por mí y que éste me saliera bien por una vez en la vida, mientras termino de leer “en el camino” de Jack Kerouac, y si además le sumo a Katie Melua entonando “a moment of madness”, podría decirte que esos ojos claros me erizaron los años ochenta y que ni vos ni nadie lo supo nunca.
Tal vez esos momentos de locura, que tan cerca estaban de ser los más cuerdos que tuve, hayan sido el estar cerca de la naturaleza misma de ser yo y vos, ese nosotros que no pudo.
Recuerdo aquel viejo que se fue de tanto alcohol y faso, de tantas noches de timba y putas.
Que buenos años, que mundo maravilloso cuando estaba la esperanza de que sucediera lo deseado. Nada podría jamás evitar que pasara lo que se sueña. Cuando se desea algo con el corazón el universo conspira para que eso suceda.
Y es tan real. Las veces que he conspirado en contra del universo, y por supuesto, eso, eso que tanto quería no sucedió jamás.
Germán Hess 2011-11-16
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