Las sospechas de siempre, que elevan la búsqueda.
El encuentro ansiado que calla ante la brutal realidad y se persigna y sigue de largo.
Una vez más y van mil para jurar que es la última.
No sabe bien pero la impresiona, ella se deja y lo envuelve con sus manzanas en un Edén ateo, sin culpas.
Otro día en que dirá que nadie sabe, que es su mejor secreto a voces. Que dejará todo por ella.
Y allí partirá ella a encontrarse con él, en ese hotelucho de mala muerte.
Germán Hess Copyright ©
Noviembre 2011
Me encanta. Una visión certera
ResponderEliminarSaludos