No tengo el llanto diurno de las hojas, que escapan al frío del invierno. Terminaré siendo fruto, de lo que alguna vez sembré. Hoy quiero deslumbrarme con una sonrisa tropezada, y acunar en mis manos la soledad que ya no necesito ni querré. Quiero terminar la vida, fumando y bebiendo tu nombre, para sentir que tus besos son más mortales que los vicios que probé.
Germán Hess - 2013
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