viernes, 20 de febrero de 2009

Mil

Pago mil por la libertad de aquellos que han perdido la culpa / Ya sus ojos me verán volver / No tengo más razón para sufrir / cada cosa en su lugar / cada cuento es un puñado de sorpresas / Y pese al esfuerzo sigo viendo la muerte en cada esquina / la forma en que ellos se vuelven invisibles / necesito mis pastillas / no quiero llorar ni reír/ deseo irme con vos.

martes, 10 de febrero de 2009

Una tarde

Una tarde, dónde se pueda escuchar a Marisa Monte, con un cigarro y esa lluvia que acompañe; sin dudas no puede ser una tarde cualquiera. Se debe tomar con calma no vaya a ser cosa que a uno se le salga la chaveta y piense que el ocio es malo y no lo disfrute. Primero el cigarro, comprobar que lo tiene. Buscar el lugar más cercano a la ventana, sacar al gato de su sillón y tratar de alegrarse por la lluvia y su sonido. Aspirar el ozono que se encuentra a su alcance es recomendable. Buscar el disco de Marisa Monte y tranquilamente encender el cigarro, sentarse, sacar nuevamente al gato de su sillón favorito y dar inicio a la maravillosa voz de Marisa con un toque al control remoto. Entrecierre sus ojos, escuche, fume y recuerde, por ejemplo, donde vivió en su infancia, o piense en algúna amiga que hace años no sabe de ella. Bajo ningún concepto vuelva a la realidad antes de que termine el disco, el cigarro o ambos a la vez. Luego se para toma al gato relajadamente y lo tira por la ventana.

jueves, 5 de febrero de 2009

A esta hora en que tu cerebro empieza a cabecear y se hierve con la última telenovela... Atropella un libro, matá la bestia y el espanto, regalate otra vida y goza.

Germán Hess 2009

Vuelvo a vivir (Illapu 1993)

Vuelvo a casa, vuelvo compañera
Vuelvo mar, montaña, vuelvo puerto
Vuelvo sur, saludo mi desierto
Vuelvo a renacer amado pueblo
Vuelvo , amor vuelvo
A saciar mi sed de ti
Vuelvo, vida vuelvo
A vivir en ti país
Traigo en mi equipaje del destierro
Amistad fraterna de otros suelos
Atrás dejo penas y desvelos
Vuelvo por vivir de nuevo entero
Vuelvo, amor vuelvo...
Olvidar por júbilo no quiero
El amor de miles que estuvieron
Pido claridad por los misterios
Olvidar es triste desconsuelo
Vuelvo, amor vuelvo...
Bajo el rostro nuevo de cemento
Vive el mismo pueblo de hace tiempo
Esperando siguen los hambrientos
Más justicia, menos monumentos
Vuelvo, amor vuelvo...

Tal como sos

Tus manos se han hecho todo lo que necesito/
La fatiga que se calma al roce/ el peregrinar de tus dedos/
El espiar su vuelo.

Tu mirada que acerca y predispone/
Los besos ordenados alfabéticamente en mis labios/
Los abrazos en la casualidad de las madrugadas.

Viajes que no se han dado y nos juntan/
La esperanza de lo que puede suceder/
El encuentro luego de años y la calidez de tu nombre.

Germán Hess 2009

miércoles, 4 de febrero de 2009

Extracto del libro "Una Temporada con Lacan"


"Lacan de pie ante el marco de la puerta. El ceremonial de los billetes deslizados en su mano en el límite exacto en que cada paciente, ni por exceso ni por defecto, sopesado por él, pudiera sentir la obligación y, por esa vía, volver a la realidad. A juzgar por el nudo que estrechaba mi garganta cuando le anunciaba que no tenía con qué abonar la sesión, era mi caso. Supongo que, desde el inicio del análisis, ajustaba sus tarifas según la impresión que daba el cliente, según la angustia o su probable status social. Algunos francos para tortura de los más insolventes, fortunas para la seguridad ostensible de los otros: era necesario que la suma requerida, sin importar cuál fuera el caudal de recursos de su práctica profesional, interfiriera con el umbral más allá del cual, dejando de ser desdeñable, molestara, privara. Recién a ese costo liberaba el terreno y liberaba del yugo de la gratitud. Se volvía a empezar de cero: nadie debía a nadie. Obligaciones. Él sabía que yo me levantaba tarde.-Hasta mañana, a las seis.-De acuerdo.-Seis de la mañana...-Oiga...Me estrechaba la mano. Al día siguiente, salía de casa sin haber pegado ojo. Repetía el experimento hasta tener la seguridad de que yo me había habituado a sus exigencias.(...)" Autor: Pierre Rey

Germán Hess - 2009

martes, 3 de febrero de 2009

“Culopatía” y Tránsito lento. Un fervor argentino



Todos los días usamos palabras que se refieren a partes del cuerpo para explicar una situación, describir a alguien, transmitir un estado de ánimo, notificar una acción o cualquier otra circunstancia de la vida en la cual debemos ser lo más explícitos posibles. Recuerdo al “Negro Fontanarrosa” en el cierre del Congreso de la Lengua, marcando “Yo como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué?” y desplegó su ingenio para justificar el uso de la palabra Mierda diciendo “quiero apuntar una palabra que creo es fundamental en el idioma castellano, la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes— porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, quita de posibilidades de expresiva”.
Pero sin dudas la palabra culo, es la que lleva la de ganar. Con ella podemos expresar las más variadas de las situaciones: lo bello y lo feo; lo bueno y lo malo, la suerte y la desgracia; y acompañado por diferentes palabras podemos designar situaciones totalmente opuestas. Por otra parte es importantísima a la hora de indicar algo en su justo término. ¡Tiene una cara de culo!
O cuando algo no salió:
- ¡Me fue para el reverendo culo!
Y con este ¡me fue para el reverendo culo! está todo dicho; no hace falta agregar nada. La palabra culo, es insustituible para demostrar algo en determinadas circunstancias. Expresar un sentimiento que no se podría expresar con otras palabras.
Así, no es lo mismo indicar: amor, ¿Podés apurarte un poco?, que extender los brazos, abrir las manos y moviéndolas de arriba a bajo decir:
- ¡Pero podés mover un poco el culo!
Sin duda que estamos diciendo algo parecido pero no lo mismo. Es muy usada en la educación de nuestros hijos. Cuando queremos decirles a los niños que algo están haciendo mal y que no lo deben volver a repetir; que mejor para que les quede bien claro, que decirles con toda dulzura:
- Tomás!!! ¡Te voy a romper el culo a patadas!
Esta expresión debería ser mucho más recomendada por los Psicopedagogos. Para el género masculino, es determinante en el lenguaje corporal y verbal diario. Cómo explicar todo lo que embarga a nuestro ser, si al paso de una bella mujer, damos vuelta nuestra cabeza, fijamos la vista entre el final de la espalda y el comienzo de las piernas y no podríamos decir:
- ¡Qué lindo culo!
¿Cómo expresar todo lo que nos pasa por el cuerpo en ese sublime instante? ¡Qué lindo culo! La frase sale con forma; hace un dibujo imaginario en el aire. Sin duda, la utilización de esta palabra en nuestro vocabulario, debería ser motivo de profundo análisis para los estudiosos del lenguaje. Podemos claramente indicar cuando a alguien no le tenemos simpatía:
- ¡Ese es un culo roto!
Pero más allá de la ubicación que le demos en el lenguaje, en la argentina la “Culopatía” nos sobrepasó. Tinellízado a partir de la demostración constante en programas de toda índole, usado de todas maneras, mostrado, tocado, dibujado, la cosa es que todo es un gran culo y si va acompañado por una blonda señorita que duda y su vocabulario se resume en, “ No sé” y “ No me sale” mucho mejor. Todo hace referencia al culo, hasta las publicidades sobre camiones tienen un marcado toque referencial del culo por dar un ejemplo. Estrellitas, actrices, cantantes, vedetongas y gatos, pasando por cualquier ama de casa excedida en lípidos tiene un objetivo y es tenerlo mejor que su amiga o vecina. Y nosotros los varones, obtener el piropo de amigos y albañiles de obra cuando pasamos abrazados a nuestra señora o señorita bien provista de eso, pese a que nos hacemos los ofendidos.
Pero ahora, lo llamativo de esta increíble adicción al culo y sus derivados es la cantidad de pautas publicitarias en las que sin hacer referencia al mismísimo, nos dicen que algo malo pasa con ellos.

Seis de cada diez argentinas sufren de trastornos digestivos como tránsito lento, vulgarmente llamado estreñimiento, alertó la Sociedad Argentina de Gastroenterología. Y el dato no es menor si vemos por TV como dicen ellas mismas o se lo recomiendan a sus amigas, cual producto es mejor para hacer todo los días y no sentirse “Pesadas”. Es mayoritario la cantidad de pautas que existen sobre estos productos maravillosos para …”hacer caca”, porque de eso se trata ¿no? Ahora bien, ¿Y qué tiene que ver todo esto con el culo? Pues todo, en un país en que el culo es casi un símbolo patrio, que por ese mismo lugar pasen los problemas no hace más que mostrarnos que los argentinos somos coherentes inclusive hasta para estar para el culo. ¿Usted se imagina a Luciana Salazar, Ingrid Grudke, Pamela David, Evangelina Anderson, Julieta Prandi, Susana Giménez o Mirtha Legrand con cara de tránsito lento e hinchadas? Impresiona….. Pero como dijo el gran Chiche Gelblung, “En éste país parece que la mayoría de las mujeres no pueden ir de cuerpo”, pero el culo es culo y seguirá siendo objeto de culto a pesar del esfuerzo.

Germán Hess - 2009