viernes, 25 de octubre de 2013

Ella está en sus cosas, con sus cosas de bijou, haciendo sus artesanías y yo frente a la compu tratando de hacer algo con lo poco que me sale de letras y palabras. Voy por mí cuarta clase de violín, en verdad que toco para el culo, pero el sólo hecho de poder sacarle un sonido y mover los dedos de mi mano izquierda me alientan a seguir intentando. Ayer fui a comprarlo, un placer inmenso llegar a casa y poner a afinar y armarlo, acariciar su madera, olerlo, pasarle la resina a las cerdas del arco, tensarlo y probar su sonido. La verdad que me siento feliz, me hace creer que el tiempo se renueva que la vejez volvió a estar lejos. Es un proyecto un espacio de placer infinito.
Germán Hess - 2013