viernes, 20 de marzo de 2015

Viernes

He aprendido a ser yo y sé jugarme de boca  y hacerme cargo de lo que digo.
He vivido una vida que no puede vivirse y tal vez soportar mucho más de lo que pensaba.
Cuánta esperanza he muerto y salido indemne.
Sólo quedaron los negros nubarrones de un pasado que ya se marchó.
De una mirada encendí mi cigarro  y transformé en sonrisas tus ojos.
Cada sombra es un arroyo, cada sendero una vida.
Nada queda de aquel que soñaba con una tarde en París.

Me abrazo a los árboles y me alcanza. Sólo espero mi regreso.


Germán Hess - 2015