sábado, 27 de agosto de 2016

Un ángel nocturnal

Hay comienzos cada día. Un fin y un comienzo, una historia que se deja atrás para sanar y una historia que nace sana para continuar con vida.
Una incesante repetición de formas, paradigmas que rompemos para comenzar a creer en otros y así vamos aprendiendo y des aprendiendo en este camino.
Un ángel apareció, se presentó sin permiso entre las tenues sombras de la madrugada y me concedió un deseo. Elegí el amor y sonrió.
Solo recuerdo que repetía "confianza" "sin confianza y sin mentiras". Resultó extraño que en la vorágine de estos tiempos me pidiera Confiar y no Mentir, cosas que ya no son habituales entre los mortales, pero son así de extraños los ángeles nocturnos.
No tenía forma física, eran unos inmensos ojos color del tiempo, de esos tiempos que uno espera sean buenos. Me tranquilizó, me abrazó y me pidió que sanara. Que estaría junto a mí, si ese yo que estaba era real.
Ser real. Ser uno con sus cosas, dejarse llevar en la verdad y no fingir más por temor al abandono a que dejen de quererte por ser.
Un ángel de madrugada me acompaña y me guarda, me cuida en cada cosa que emprendo, que hago o que pienso. Son extraños esos ángeles que no tienen forma y uno les cree y ama sin condiciones. Hoy se hizo presente y decidí dejar que se quede. Por hoy, por mañana y para siempre.

Germán Hess

No hay comentarios:

Publicar un comentario